Es importante que en la vida, un tome decisiones aceptando las consecuencias.
Más importante aún es entenderlas.
Sin embargo, no estamos totalmente preparados para entender la magnitud de cada una de las decisiones que tomamos, y aunque esto no es excusa, nos amedrentamos pensando en que posiblemente nos equivoquemos, cuando en realidad y a mi parecer, no hay decisiones incorrectas, si no consecuencias que no queremos aceptar.
Es la necesidad del conocimiento nuestra mayor virtud y nuestro peor enemigo.
No es de extrañar que cada día nos volvamos un poco menos creyentes en uno mismo, y que cada vez más busquemos la aprobación individual y social.
Hoy por hoy, he tomado decisiones que me han llevado inequívocamente a ser quien soy, como soy, y a pensar como pienso. No es ningún error, ni tan solo es una consecuencia, es un sin fin de acciones que me determinan aunque muy inconcretamente.
La verdad es que es un entramado de decisiones multilaterales las que nos definen mejor, por que uno no es absoluto, si no conjuntos.
Tomé una decisión en la vida que me esta marcando mucho mis pasos, pero no sin medir antes las consecuencias, y cada día mas pienso que estas surgen a diario, por que una decisión lleva irremediablemente al principio y al fin de las cosas, la mejor consecuencia es vivir con ellas.
